El guitarrista es una escultura realizada en barro refractario rojo formando un relieve o mosaico plano con diferentes profundidades para dar como resultado la forma que se muestra.
La idea primera surgió como intención de transmitir la idea del guitarrista en torno a su instrumento, pero a la vez no mostrar evidencias, si no sugiriendo e interpretando, dar la posibilidad al espectador de imaginar, buscar o descubrir al personaje (o lo que no se ve).
La técnica utilizada para realizar esta pieza fue la de levantar tabiques con planchas de barro a diferentes alturas superponiéndolos sobre una plantilla con el boceto dibujado previamente. Estos tabiques son cubiertos por una plancha, con la forma deseada, que será la que se vea finalmente al colocarnos de forma frontal a la escultura.
Una vez seco el barro se dará un acabado texturado rascando la superficie con ayuda de una pequeña sierra y también de papel de lija. Además se retocarán las aristas y se rectificarán y corregirán posibles defectos.
Una vez rematada se somete a cocción a 1250º C.
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